Maestros Espirituales

Henricus Cornelius Agrippa von Nettesheim

Nacido en Colonia (Köln), Alemania, en tiempos de convulsión social y transformaciones religiosas. Hijo de padres adinerados, creció en una constante y ardiente necesidad de conocimiento.Agrippa fue médico, filósofo y diplomático. Practicó y estudió las grandes ciencias herméticas, la magia, la alquimia, la astrología y la kabalah, entre otros con el afamado Tritemus, maestro también del reconocido alquimista y astrólogo Paracelso.Estudió y enseño teología en distintas universidades de su época. En su juventud estuvo vinculado a la corte de Carlos V, al cual servia como asesor.Dado que sus obras eran incomprensibles para el vulgo que lo consideraba un brujo, y a sus diferencias con los dominicos, debió soportar la cárcel en Bruselas y finalmente el exilio.Acusado de hechicero, se retira a Italia. Finalmente termina en Lyon, donde empobrecido y despreciado por todos encuentra la muerte.
Su vida está plagada de misterios y leyendas, entre las que se cuenta su continua compañía de un perro negro, en el cual muchos creyeron ver al mismo diablo. Así mismo, el mago de Nettesheim fue una de las figuras relevantes de su época. Un rebelde que pagó el precio de su rebeldía con la marginación y el desprecio.Protegido por sabios de su época y por los mismos nobles, no logró así y todo resistir las crueldades de la ignorancia.Para comprender su obra y su legado, debemos observar que Agrippa es un investigador que busca no solo el saber erudito, sino el conocimiento vivencial. El suyo es un conocimiento de primera mano.Con respecto a esto, él mismo dice haber visto realizar y haber realizado operatorias alquímicas de transmutación de metales viles en plata y oro.
Su obraAgrippa es uno de los llamados magos eruditos. Todo su conocimiento, quedó plasmado en una obra sobrehumana; su “De Occulta Philosophia” (der.: tapa) libro inmenso en cantidad y calidad, que Agrippa culminó contando con tan solo 26 años. Este libro, releído y redescubierto por el esoterismo del siglo 19, es uno de los grandes pilares del ocultismo actual. No es vano pensar que todo el movimiento ocultista moderno, deba su nombre a la inmensa influencia del texto Agrippano.Toda la obra se basa en la llamada ley de correspondencias o analogías, que considera que existe un vínculo estrecho y vital entre el cielo, la tierra y lo humano.La “Filosofía Oculta” posee la virtud de ser el primer gran tratado sistemático de magia que se ha escrito.En La filosofía oculta, Agrippa divide el saber en tres ramas que son en realidad partes de una solo saber. Estas ramas son tratadas en tres libros que conforman la filosofía oculta. Uno que trata de la magia natural; un segundo libro que aborda la magia celeste y un tercero de magia ceremonial. Estas tres ramas de conocimiento son llamadas también: Física, matemáticas y teología.Para el mago y alquimista de esa época, estos términos no poseían la misma significación que le adjudicamos nosotros en la actualidad. Así es como lo que Agrippa define como “física” es la magia natural, el conocimiento de las virtudes mágicas y energéticas de todo lo creado por Dios en la naturaleza o bajo el reino sub lunar; la relación de las piedras, los animales, los metales, la hierbas con las fuerzas celestes y con las divinas.Por otro lado, su “matemática” no es el conocimiento mercantil que permite sumar y restar perdidas y ganancias; ni siquiera una especulación abstracta, es más bien el estudio del vínculo de los números como potencias espirituales y su participación en lo creado. Todo fue hecho por el Creador con relación a un número.También, esta matemática es lo más cercano a nuestra actual astrología. Aun que en Agrippa, a diferencia de la actual ciencia astrológica, tan cargada de determinismo, la astrología está llena de libertad y de espíritu.
Dice a este respecto que los astros siempre son benéficos. Pero ocurre que una mala disposición del receptor, puede transformar este beneficio en un mal. “Así como la luz del sol, daña los ojos enfermos” según sus propias palabras.Por lo tanto Agrippa considera que la libertad del hombre a inclinarse hacia el bien o el mal, no está supeditada a los astros, aun que estos la favorezcan.Finalmente su Teología se presenta como el saber imprescindible para la obra mágica. Dentro de esta Teología se cuenta la “magia ceremonial” el conocimiento de las “leyes de las religiones” como él mismo lo expresa.Así es como el mismo Agrippa define la magia y sus tres vertientes: “Es preciso, que quienes quieren dedicarse al estudio de esta ciencia (la magia) posean la Física que explica las cualidades de las cosas y en la que se hallan las propiedades secretas de cada ser; que sepan bien matemática, que conozcan las estrellas, sus aspectos y sus figuras, puesto que de ellas depende la virtud y la propiedad de cada cosa elevada; y que entiendan bien la Teología por la que se conoce les sustancias inmateriales que distribuyen y gobiernan todas las cosas, para poseer la facultad de razonar la magia. Pues no puede haber obra alguna de Magia perfecta, ni siquiera de magia verdadera, que no abarque esas tres facultades en total.Agrippa es lo que se puede llamar un Teurgo. Un mago de la luz. Teurgia es una palabra que significa hacer con la divinidad. En está rama del saber mágico, el mago se ubica en un lugar subordinado, en una actitud de obediencia a lo Divino, de Dios, de quien se siente herramienta.Es sabido que la obra literaria de Agrippa, fue fecunda y que también escribió obras sobre Plantón y comentarios a los textos herméticos clásicos.Toda su producción posee en la actualidad, aun con las inmensas diferencias que implican varios siglos transcurridos, una inmensa influencia en el pensamiento que hace a el saber oculto.InfluenciasLa obra de Agrippa tuvo especial repercusión en toda la concepción de la magia posterior a él. La misma se encuentra por ejemplo en el notable mago galés John Dee (1527-1608) quien sentía por Agrippa un profundo respeto; en el ingles Francis Barrett, autor de “El Mago”, obra que posee párrafos calcados de la “filosofía” de Agrippa; y también en el francés Eliphas Levy, padre innegable de la magia contemporánea, autor de textos ya clásicos como “Historia de la Magia” y el libro de mayor trascendencia, que posee la magia moderna, “Dogma y Ritual de la Alta Magia”.Agrippa en la ActualidadEn la actualidad, los magos contemporáneos tenemos una deuda infinita con el maestro alemán.
Su espíritu, su furor, su anhelo de verdad, son atraídos por el reverente respeto del mago, que en su laboratorio pide e implora las luces de lo alto. Luces que no descienden solas, si no que se expresan en aquellos que las han manifestado en vida. Es por esto que el mago actual siente por Agrippa una admiración fraternal, que lo une al espíritu de este mago y alquimista que tanto hizo y hace desde un lugar de misterio pero real, por aquellos que buscan con sincero anhelo transitar el camino de la magia.Con Agrippa comprendemos la magia como “el camino de la verdadera elevación interior”. Él nos enseña que el fin, el alfa y omega del mago es el encuentro con la Divinidad. Para llegar a este encuentro, el mago irá viviendo una transformación que le permita acceder a niveles de conciencia elevados. Solo es posible encontrar fuera aquello que se encuentra dentro, y aquello que está fuera, nos despierta así mismo lo interior.El maestro de Colonia no cesa de proclamar en todos sus textos, que la obra es “hacerse digno de la obra”, para esto, el mago se alimenta de la luz que recibe en su labor por intermedio de las ceremonias y ritualidades que le permiten un contacto con lo celeste. Este mismo contacto con la Luz, irá transformándolo de manera gradual hasta iluminarlo.Agrippa fue un erudito y un mago operativo. Muchas de sus aseveraciones, son fruto de experiencias propias. En este sentido, los magistas actuales tenemos mucho por aprender atrapados como estamos por la especulación estéril o por la práctica inescrupulosa.Este mago de luz, sigue siendo una guía que permite al mago actual un encuentro entre conocimiento personal y revelación.A él nuestros respetos y nuestra veneración.
Autor: Francisco Stiglich
Fuente: www.espacioarcano.com