Henricus Cornelius Agrippa von Nettesheim
Su vida está plagada de misterios y leyendas, entre las que se cuenta su continua compañía de un perro negro, en el cual muchos creyeron ver al mismo diablo. Así mismo, el mago de Nettesheim fue una de las figuras relevantes de su época. Un rebelde que pagó el precio de su rebeldía con la marginación y el desprecio.Protegido por sabios de su época y por los mismos nobles, no logró así y todo resistir las crueldades de la ignorancia.Para comprender su obra y su legado, debemos observar que Agrippa es un investigador que busca no solo el saber erudito, sino el conocimiento vivencial. El suyo es un conocimiento de primera mano.Con respecto a esto, él mismo dice haber visto realizar y haber realizado operatorias alquímicas de transmutación de metales viles en plata y oro.
Su obraAgrippa es uno de los llamados magos eruditos. Todo su conocimiento, quedó plasmado en una obra sobrehumana; su “De Occulta Philosophia” (der.: tapa) libro inmenso en cantidad y calidad, que Agrippa culminó contando con tan solo 26 años. Este libro, releído y redescubierto por el esoterismo del siglo 19, es uno de los grandes pilares del ocultismo actual. No es vano pensar que todo el movimiento ocultista moderno, deba su nombre a la inmensa influencia del texto Agrippano.Toda la obra se basa en la llamada ley de correspondencias o analogías, que considera que existe un vínculo estrecho y vital entre el cielo, la tierra y lo humano.La “Filosofía Oculta” posee la virtud de ser el primer gran tratado sistemático de magia que se ha escrito.En La filosofía oculta, Agrippa divide el saber en tres ramas que son en realidad partes de una solo saber. Estas ramas son tratadas en tres libros que conforman la filosofía oculta. Uno que trata de la magia natural; un segundo libro que aborda la magia celeste y un tercero de magia ceremonial. Estas tres ramas de conocimiento son llamadas también: Física, matemáticas y teología.Para el mago y alquimista de esa época, estos términos no poseían la misma significación que le adjudicamos nosotros en la actualidad. Así es como lo que Agrippa define como “física” es la magia natural, el conocimiento de las virtudes mágicas y energéticas de todo lo creado por Dios en la naturaleza o bajo el reino sub lunar; la relación de las piedras, los animales, los metales, la hierbas con las fuerzas celestes y con las divinas.Por otro lado, su “matemática” no es el conocimiento mercantil que permite sumar y restar perdidas y ganancias; ni siquiera una especulación abstracta, es más bien el estudio del vínculo de los números como potencias espirituales y su participación en lo creado. Todo fue hecho por el Creador con relación a un número.También, esta matemática es lo más cercano a nuestra actual astrología. Aun que en Agrippa, a diferencia de la actual ciencia astrológica, tan cargada de determinismo, la astrología está llena de libertad y de espíritu.
Su espíritu, su furor, su anhelo de verdad, son atraídos por el reverente respeto del mago, que en su laboratorio pide e implora las luces de lo alto. Luces que no descienden solas, si no que se expresan en aquellos que las han manifestado en vida. Es por esto que el mago actual siente por Agrippa una admiración fraternal, que lo une al espíritu de este mago y alquimista que tanto hizo y hace desde un lugar de misterio pero real, por aquellos que buscan con sincero anhelo transitar el camino de la magia.Con Agrippa comprendemos la magia como “el camino de la verdadera elevación interior”. Él nos enseña que el fin, el alfa y omega del mago es el encuentro con la Divinidad. Para llegar a este encuentro, el mago irá viviendo una transformación que le permita acceder a niveles de conciencia elevados. Solo es posible encontrar fuera aquello que se encuentra dentro, y aquello que está fuera, nos despierta así mismo lo interior.El maestro de Colonia no cesa de proclamar en todos sus textos, que la obra es “hacerse digno de la obra”, para esto, el mago se alimenta de la luz que recibe en su labor por intermedio de las ceremonias y ritualidades que le permiten un contacto con lo celeste. Este mismo contacto con la Luz, irá transformándolo de manera gradual hasta iluminarlo.Agrippa fue un erudito y un mago operativo. Muchas de sus aseveraciones, son fruto de experiencias propias. En este sentido, los magistas actuales tenemos mucho por aprender atrapados como estamos por la especulación estéril o por la práctica inescrupulosa.Este mago de luz, sigue siendo una guía que permite al mago actual un encuentro entre conocimiento personal y revelación.A él nuestros respetos y nuestra veneración.
Autor: Francisco Stiglich
Fuente: www.espacioarcano.com